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Hoy te mostraremos los cambios que se realizaron en 4 casas por medio de su rostro principal: la fachada. Esta es la cara que mostramos a los demás y por lo tanto, la primera impresión. Cuando se realiza un cambio integral a una casa, la fachada no puede quedar fuera, ¡al contrario!
Si decides poner manos a la obra y renovar, reformar o remodelar tu casa, en este libro de ideas te mostramos 4 estilos diferentes y, si alguno te gusta, podrías ponerte en contacto con los profesionales expertos. En caso de que tu presupuesto sea limitado, también puedes tomar tips e ideas para ir mejorando tu hogar poquito a poco. Como sea, ser testigos de transformaciones como estas renueva nuestras ideas ¡y nos inspira!
Esta casa, ubicada en Granada, España, era la casa de campo de cierta familia. Al casarse uno de los hijos y enfrentarse a la realidad descubrió que era muy difícil hacerse de una vivienda propia o, simplemente, de un terreno, por lo que los padres decidieron entregarle su casa de campo. Esta fachada muestra abiertamente el carácter campestre de la vivienda: de piedra, mampostería revestida en blanco, herrería, tejas de barro y vegetación. Sin embargo no cumplía con las expectativas de los nuevos propietarios, quienes querían no sólo una imagen fresca y moderna, sino utilizar en la remodelación materiales que generaran ahorro de energía. Veamos qué se logró.
El cambio ha sido total, de estilo, de formas, ¡de todo! El volumen principal se mantuvo íntegro pero se retiraron las herrerías, tejas y acabados de piedra, dejando en su lugar una serie de planos de concreto revestido en color blanco. Una cubierta envolvente rodea el volumen completo, aprovechando el uso de materiales ahorradores de energía, logrando un interior confortable y que requiere menos uso de acondicionadores de clima.
La nueva construcción implicó únicamente revestimientos y cubiertas, aprovechando al máximo la estructura original, los jardines y los senderos, y el resultado ha sido ¡fantástico!
Un simple vistazo a esta fachada nos haría pensar que se encuentra totalmente en ruinas y apunto de caer, ¡pero no es así! La estructura se encuentra en buenas condiciones, únicamente necesita reforzarse y renovarse. La cara principal cuenta con elementos de mucha calidad, atractivos y con mucho potencial, como el escudo de armas sobre el pórtico, el granito de los dinteles que se encuentra en perfecto estado, la chimenea y el tradicional diseño de la herrería. Mucho potencial, ¡muy buenas ideas!
Este es el resultado: Una fachada que respeta sus orígenes pero que ahora luce impecable, original y renovada. Toda la superficie se restauró y aplanó nuevamente, dejando un color blanco que hace lucir los detalles de madera, granito y herrería. Los huecos de la planta baja se dejaron íntegros, reforzando el acabado de granito café de los dinteles y la herrería de la ventana. En la planta alta se abrieron dos balcones, aprovechando las visuales hacia la calle y creando un rostro más abierto y agradable. Las tejas se han cambiado y una franja de granito gris cubre el zócalo y une dos balcones laterales de manera vertical. El escudo de armas de la familia se mantiene intacto, orgulloso y altivo en lo alto del acceso.
En alguna parte de Francia se encontraba esta casita, desgastada, sucia, sin una gota de estilo. En este tiempo estaba abandonada, con basura y elementos que alguna vez fueron colocados al azar sin tener un concepto global de la imagen y el diseño. Sin embargo, la estrechez del volumen y la profundidad del patio significaban todo un reto para la creatividad.
En la transformación se tomó la decisión de privilegiar la privacidad de los habitantes por medio de una fachada ciega, pues el patio interior se convirtió en un paraíso íntimo y acogedor. Por fuera, una barda alta de concreto floteado se muestra cruda y rústica, en donde dos portones de metal negro y una puerta central peatonal son enmarcados con listones de madera natural, dando un aspecto rústico y en cierto modo industrial. La planta alta mantuvo su estructura original pero se eliminó el acabado de ladrillos y se uniformó la textura de concreto con la marquetería de madera. El nuevo rostro luce discreto, sencillo ¡y totalmente renovado!
La casa de esta imagen corresponde a una vieja casona portuguesa que mostraba en su diseño lo mejor de la arquitectura portuguesa de mediados del siglo XX, sin embargo con el paso del tiempo llegó a dejarse en total abandono hasta ponerse en venta. Afortunadamente, el nuevo propietario tuvo a bien descubrir la joya que se encontraba oculta entre tanto desgaste y escombro, y puso manos a la obra para hacerla renacer, poniendo como regla a los expertos que se respetara en lo posible la estructura y los detalles originales y así lograr un total equilibrio entre tradición y modernidad. Veamos si se logró.
¡Vaya que sí! Tras la reforma, la fachada ha recobrado el esplendor perdido y ahora se vuelve a mostrar impresionante, altiva y hermosa. Los muros del volumen se han restaurado y pintado de blanco, así como la herrería que protege el balcón superior. Las puertas protectoras se suman a la blancura perfecta del conjunto, mimetizándose. Una barda de piedra natural, también restaurada, ahora luce brillante y hermosa, mostrando la perfecta fusión entre la riqueza histórica del edificio y las luces de la modernidad.
El área ocupada por escombro y basura se encuentra ahora forestada, luciendo fresca y verde, inspirando a pasar los mejores momentos en familia, tomar el sol, jugar a la pelota, leer un buen libro al caer la tarde, compartir el té… ¡Pura belleza!
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