De vieja oficina a apartamento de diseño

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No es lo mismo diseñar una vivienda para una familia con niños que para una pareja. No es lo mismo proyectar una oficina que un taller artístico. Por eso, cuando el inmueble cambia de uso es necesaria una reforma que adapte el piso a las nuevas necesidades. Y como dice Jorge Drexler: Nada se pierde, todo se transforma. 

Este es el caso de esta interesante reforma que nos lleva al corazón de Lisboa. Allí, unas viejas oficinas están a punto de transformarse en una vivienda agradable destinada a servir como alojamiento vacacional. En este caso lo más importante fue crear un espacio atractivo, que entrara por los ojos a los futuros inquilinos y que fuera cómodo y acogedor.  Descubramos juntos la sorprendente transformación de esta vieja oficina:

Las oficinas ya destartaladas

Esta habitación presentaba un aspecto algo degradado. La humedad había arruinado una parte de la pared y del techo. Además, si bien el suelo de madera merecía la pena su estado no era el adecuado, necesitaba un sutil lavado de cara. Algunas marcas de la oficina siguen ahí: las potentes lámparas fluorescentes en el techo o los raíles donde esconder los cables.

La transforamción

¿Qué te parece el cambio? Las paredes vuelven a lucir como nuevas y el suelo ha sido pulido para mostrar toda la belleza de la madera. Además se ha mejorado la carpintería de las ventanas y se han añadido unas contraventanas interiores en color blanco. En la decoración se ha seguido una línea elegante donde el color gris, en diferentes tonalidades, se convierte en el protagonista en este luminoso salón. Algunos toques eclécticos marcan la diferencia: el pequeño sofá amarillo, el papel pintado de inspiración oriental o ese mueble de evidente toque industrial que parece imitar los rasgos de una vieja caja fuerte.

Una cocina de oficina empotrada

Pequeña y oscura, esta cocina  parecía encajonada en un rincón y no tenía un papel importante en la oficina. Sin embargo, en una vivienda la cocina es uno de los lugares más fundamentales, incluso si la casa se va a destinar al alquiler vacacional. Por eso, esta reforma tenía que acabar con su el aspecto decadente.

Una cocina con mucho brillo

La cocina deja de estar empotrada en una esquina y ahora se abre al resto de la zona de día. Una de las grandes ventajas del cambio es la posibilidad de aprovechar la luz natural. Ahora, la cocina es luminosa y agradable. Para la decoración se ha elegido un  diseño sencillo pero que destila elegancia. Quizá en esto tiene mucho que ver la encimera de mármol, un material que todos asociamos con el lujo y con los interiores sofisticados. Una pequeña isla delimita el perímetro de la cocina sin cerrarla del todo al resto de la estancia.

Espacios unidos pero separados

Miramos ahora hacia el salón desde otro ángulo. La cocina se abre al salón que comparte espacio con el comedor. Mezclando ambientes se consigue aprovechar mejor el espacio. Aquí, cada rincón está bien marcado visualmente: la isla pone límite a la cocina, la alfombra nos señala el final del salón y las lámparas que cuelgan sobre la mesa nos  señalan que aquella es la zona del comedor.

Armarios empotrados cerca en mal estado

Una de las habitaciones de la oficina contaba con una enorme pared cubierta de armarios empotrados que a causa de los años y el uso intensivo ya no presentaba el mejor de los aspectos. Veamos en que se ha convertido este ambiente…

¡Vaya cambio!

El espacio anticuado es ahora un increíble dormitorio. Sin duda, una de las joyas de esta casa pero no tanto por el dormitorio en sí mismo sino más bien por lo que éste oculta. Su planteamiento es novedoso: en vez de dejar que las ventanas iluminen el cuarto, se ha interpuesto un placar entre el ventanal y la zona de la cama. El objetivo, crear una zona de intimidad y reservar la parte luminosa para otras funciones. 

Un rincón como pocos

Como decíamos, la zona de la ventana ha sido reservada para dos rincones muy especiales. Por un lado, una pequeña zona de ocio a modo de terraza cubierta. Por otro, el cuarto de baño en suite. Aquí lo más llamativo son las baldosas de cerámica portuguesa que consiguen darle al espacio mucho encanto.

Un baño poco más que funcional

Poco se puede añadir a lo que muestra la fotografía. Al no estar conectado con la fachada, este pequeño cuarto de baño no tenía ventanas y era muy oscuro, sin gracia ni estilo. 

El baño reformado

Tras la reforma el baño se ha conectado con el ventanal, iluminando lo que antes no era más que un ambiente oscuro. Las zonas están bien diferenciadas. En primer plano nos encontramos el lavabo de mármol, que se apoya en una mesada de madera. El gran espejo que consigue no solo modernizar el espacio sino también ampliarlo. 

Los tejados de Lisboa desde el plato de ducha

Terminamos el recorrido por esta vivienda recién reformada con la imagen de una fantástica ducha italiana revestida con pizarra.  Lo que más nos sorprende es el aspecto imponente de este ventanal dividido en cuadriculas que convierte el momento del baño en todo un espectáculo: los tejados de Lisboa de un solo vistazo.

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