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Ad+Arquitecura nos muestra esta casita de piedra, soñada por muchos. Su magia recae, tal vez, en la simpleza que rige su diseño de líneas rectas y techos a dos aguas. Una vivienda que deja lado la extravagancia para centrarse en la comodidad de sus propietarios. Meta que logra proyectando espacios abiertos, integrados y llenos de luminosidad. ¡La conocemos!
A pesar de su diseño tradicional, la nota rústica se ve de la mano de la piedra. Material imprescindible para lograr ese estilo y que, en este casa, gracias a su nobleza juega un rol principal en su estructura y fachada.
El juego de colores es un mix de tonalidades que incluyen marrones, naranjas y verdes. Sí, el césped regala un contraste natural atractivo que combina a la perfección con los colores de las piedras y de las tejas. El color negro se ve sólo en las aberturas pintando los marcos de paredes y ventanas.
Recién veíamos una galería semiabierta que conecta el exterior con el interior. Otro elemento que también cumple esa función y prolonga los espacios de reunión son las terrazas que se abren hacia el jardín y la pileta. Diseñadas a diferentes alturas regalan agradables vistas.
Hacia el interior la paleta de colores se inclina por colores como, el blanco, gris y marrón. Esa elección mejora la luminosidad de los espacios, los hace más amplios de lo que son en realidad y mucho más confortables. Además añaden un toque contemporáneo.
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La cocina ha sido diseñada en forma de U con muebles a medida, barra y electrodomésticos empotrados en el mismo conjunto. De esa forma, se gana en espacio y se adquiere mayor funcionalidad. Finalmente, la combinación de negro, gris y plata crea una atmósfera moderna que sorprende si se compara con el aspecto rústico y tradicional que tienen la casa en su fachada.
