Country chic es una de las nuevas tendencias en interiorismo que mezcla dos estilos bien definidos, el campestre y el moderno, para crear algo nuevo, a medio camino entre los dos y con una clara influencia inglesa.
Si necesitamos un descanso de la estresante vida de la ciudad, pero ni estamos rodeados de naturaleza, ni tenemos la posibilidad de escaparnos un rato al campo, entonces nos será muy útil tener un espacio en casa que nos haga sentir lejos de la gran ciudad.
Pero conjugar ciudad y campo nunca fue tan fácil. Veamos algunos ejemplos de eso que llaman country chic.
La madera nunca puede faltar en un comedor de estilo country chic. Siempre combinada con una paleta de colores suaves y pastel, este material va a ser, junto con la piedra, el que le dé un marcado estilo rural a nuestra estancia. Serán los pequeños detalles modernos y elegantes los que le darán ese toque chic. Aquí, la lámpara que cuelga rompe con el mundo rústico y le da ese punto de glamour que buscamos.
La naturaleza que influye en el country chic no es una naturaleza rabiosa o agresiva. Al contrario, es una naturaleza bucólica y agradable que se traduce en espacios luminosos, colores pastel como el verde claro, rosa palo y azul celeste. Los colores vivos por lo general se quedan fuera, o se ven reducidos a mínimos detalles de la habitación.
Los grandes jardines ingleses repletos de cuidadas flores también tienen un hueco en el country style. Las flores son el motivo principal de los estampados en un intento de traernos una pizca de campiña inglesa a nuestro hogar. Además, podemos combinar esas flores de tela, bordadas o tapizadas con un jarrón de flores auténticas: así no necesitaremos usar la imaginación para oler el campo.
La comodidad está siempre en primer lugar: sofás mullidos, cojines con distintos estampados, colores suaves… El country chic nos invita a sentarnos cómodamente en el sofá, cerrar los ojos y relajarnos un rato mientras el sol de medio tarde nos acaricia la cara. Un refugio ideal que nada tiene que ver con la gran ciudad.
Si no nos van tanto los tonos pasteles, pero aún así queremos darle un aire country chic a nuestra estancia, siempre podemos jugar con el estampado o los materiales de la pared: ladrillo visto, papel pintado o piedra pueden ser buenas opciones para hacernos sentir un poco más cerca del campo.