El tiempo pasa y se puede llevar con él la belleza de las cosas. Pero si hay algo que no efímero y dura para siempre, es precisamente la memoria. La memoria es una parte importante de nuestra personalidad y por ello los recuerdos son una parte de nosotros y por eso mismo debemos preservarlos.
La memoria puede estar presente también en la arquitectura y nos dice mucho del modo de vida de otras épocas. En esta ocasión os presentamos un proyecto de rehabilitación de una vivienda de piedra en el que por encima de todo se ha mantenido su identidad y proteger la historia que guardan sus paredes. El resultado final, una vivienda moderna, fresca y actual. ¿Nos acompañas?
Como ya hemos comentado, el objetivo era construir una vivienda contemporánea manteniendo intacta la memoria. Por eso, el primer paso fue la identificación de lo que fue la matriz del edificio. Des de una larga y detallada investigación llegaron a la conclusión de que dos grandes muros de mampostería de granito eran los dos elementos originales de la casa. Así pues, se mantuvieron y el nuevo proyecto comenzó a crecer a partir de ellos.
De esta manera los muros pasaron a tener un papel principal en el proyecto de remodelación. Estos elementos centenarios se han convertido en las señas de identidad del nuevo edificio, dándole un aire rústico y un gran valor histórico.
Como podemos ver en la imagen, estas paredes tienen un papel muy especial y distintivo en la caracterización de esta vivienda. Aun así, su integración con resto de materiales es excelente y crea una unidad arquitectónica única.
Nadie puede negar que la transformación es increíble. De un antiguo edificio abandonado y sin vida se ha creado una vivienda rural con personalidad y diferente. Los distintos lenguajes estéticos le proporcionan unas características únicas.
En la imagen de arriba puedes ver la entrada, situada en uno de los extremos de la vivienda y algo escandida. El pequeño porche que antecede a la entrada sirve de transición conceptual entre el interior y el exterior.
Al mimetizarse con el paisaje que le rodea, la vivienda adquiere una personalidad singular relacionada con el lugar tan especial en el que se ubica. ¡Una belleza única y exclusiva! Otro dato a tener en cuenta es la minimización de su impacto en el entorno, ya que utiliza elementos de la anterior edificación. De esta manera la memoria se integra en un nuevo edificio simple y moderno de una sola planta.
Pasamos ahora a ver el interior de esta casa única y acogedora. Una de las primeras estancias con la que uno se encuentra tras traspasar la puerta de entrada es el salón. Un espacio que guarda una pequeña sorpresa, un rincón perfecto para disfrutar de la lectura diaria.
La pared de piedra forma un entorno privado y acogedor ideal para momentos de tranquilidad y personales. La butaca roja añade un poco de color a la estancia, dándole un toque más joven y moderno.
El rincón de lectura que acabamos de ver no es la única sorpresa que se esconde en el interior. Más bien, la casa está llena de detalles modernos como la puerta blanca de la imagen. Un elemento ligero que contrasta con la pared de mampostería que transmite sensaciones totalmente opuestas. Eso es precisamente lo que aquí se pretende resaltar, la estrecha relación que se establece entre lo viejo y lo nuevo.
Antes de despedirnos queremos mostraros una última sorpresa. Se trata de una hermosa terraza que se esconde en la parte trasera de la vivienda. Un espacio magnífico donde sus habitantes podrán disfrutar de todo aquello que la naturaleza les pueda ofrecer.
¿Te ha sabido todo lo que acabas de ver? Pues si quieres seguir consultando otras casas de estilo rústico, no te pierdas este libro de ideas. En él te mostramos otra casa rural llena de detalles modernos. Esperamos que lo disfrutes.